viernes, 29 de junio de 2007

Hola, pared...

Hay un carajo en mi trabajo, que solía ser portero de mi piso para más detalle, que no me traga. O eso creo; yo, por mi parte, no le tengo más reserva que la que reservo para quienes se tragan la lengua como toda respuesta de un simple saludo que les ofrezcas.

De verdad: el tipo está solo, en un escritorio frente a la puerta de mi oficina, cualquier mañana. No está leyendo nada, no está hablando por teléfono. Es él, el escritorio, y la pared de enfrente. Y paso yo con mi cara de vendedor de enciclopedias, suelto en su dirección un buenos días —normal: ni muy meloso, ni muy confianzudo, ni muy retador. Un buenos días neutramente vocalizado, de libro— y en ese instante el peso del bigote que le cuelga de la nariz se le hace terriblemente pesado: su cara se precipita hacia el escritorio en el momento preciso para obviar que le saludé. En el trance de yo circular frente a él, puede encontrar los más fascinantes y nuevos detalles en la veta mentirosa de Formica marrón de la mesa frente a él, de suerte que casi siempre termino contestándome yo mismo, mentalmente, el saludo.

Tengo vecinos de la misma madera. Y los ves siempre, te los encuentras a cada rato: en un pasillo, en el ascensor. Tropiezas de frente con ellos. Y no hay manera: le busques la mirada, o hagas la típica apretada de labios moviendo la cabeza en un silencioso (el saludo más serio, menos exigente), o declares a voz de cuello un saludo general. Se quedarán así, tan pintados. O mejor aún, buscarán zancudos en el espejo, detallarán en su mano las llaves de la casa (¡que nunca habían visto!), o tararearán alguna tonada inventada para la ocasión. No muy alto, tampoco, que aunque se creen solos en ese momento, tampoco quieren quedar como locos.

¿Por qué? De antemano declaro mi absoluta certeza de que no soy monedita de oro. Quienes me conocen saben que no ando colgado de los hombros de la gente, ni me ando hermanazando o compadreando cada dos por tres. Algunos me tildarían, incluso, de huraño —"Ayer te vi por la calle, llevabas car'e culo" es una frase que he escuchado algunas veces— Pero mi barnicito de buenas maneras tengo. De urbanidad, de empatía social. Reconozco la presencia de otro ser humano en la cercanía de mi espacio, respondo a ese estímulo sensorial.

¿Cuál razón tienen tantas personas para quedarse con su cara de estatua de cera cuando, al ser la única en un ascensor donde te montas, les dices bueenas... o buenastardessss o quetalcómoestá? ¿O cuando ellos mismos son quienes se acercan a uno en una oficina, un pasillo? ¡COÑO, que no soy un florero! ¿He peleado contigo? ¿Me tienes arrechera, o me conoces siquiera para tenérmela? ¿Le tienes rabia a los calvos, le tienes asco a mi perro, crees que te miro por sobre el hombro por ser portero, te cayó mal el desayuno, no ves a Linda desde hace dos meses? Un día, lo juro, me pondré la tarea: tengo que averiguar por qué...

9 comentarios:

Alea dijo...

Qx: te entiendo tanto, taaanto... Todos los días, las 4 veces que subo y bajo el ascensor del edificio donde trabajo, encuentro gente de este tipo: de los que buscan cualquier excusa para no responder el saludo. Muchas veces entro y digo "Buenas", y al ver que nadie contesta digo en voz alta: "y una vez más, nadie responde". La gente se me queda viendo con cara de odio, pero realmente poco me importa. ¿Dónde quedó la buena educación, los buenos modales con los que tanto nos fastidiaron cuando niños? ¿Acaso tienes que ser bien educado sólo cuando eres niño, cuando sientes el pellizco de tu mamá en la espalda? ¿Es tan difícil articular aunque sea un murmullo pa' respoder?
Yo tampoco lo entenderé nunca jamás. Excelente post.
Beso!

Anónimo dijo...

Es la que hay que aplicar, pippërmint, de vez en cuando, para echarles su balde de agua fría a los impávidos. A veces, cuando entro acompañado, entonces nos respondemos entre nosotros mismos: "Hola, buenas, cómo estás, bien y tú, feliz día a ti también", etcétera. Más nos odian.
Gracias por comentar.

Sparklers dijo...

Estoy totalmente con el comentario de Uds y por supuesto con la nota de este blog; es que acaso esas personas no se han dado cuenta que lo cortés no quita lo valiente? o así decía mi abuelita...
Me acatarra la paciencia cuando entro también en un ascensor y nadie responde, o en una recepción donde te mira con menosprecio... Mi hermano una vez se tiró un peo en un ascensor al ver que nadie respondió su "buenos días"; allí la gente comenzó a quejarse y él sencillamente dijo "oops, pensé que estaba sólo, cómo saludé y nadie contestó..." y con la misma se salió del ascensor en el siguiente piso.
Vale la pena acotar que mi hermano tiene que salvar su alma, porque su cuerpo ya se pudrió...

Alea dijo...

jajajajajajajajaajjajajajajajajaajajjajajajajajajajajajajajajaajjajajajajajajaajajjajajajajajajajajajajajajaajjajajajajajajaajajjajajajajajajajajajajajajaajjajajajajajajaajajjajajajajajajajajajajajajaajjajajajajajajaajajjajajajajajajajajajajajajaajjajajajajajajaajajjajajajajajajajajajajajajaajjajajajajajajaajajjajajajajajajajajajajajajaajjajajajajajajaajajjajajajaja

Luis Bond ∴ dijo...

"Mi hermano una vez se tiró un peo en un ascensor al ver que nadie respondió su "buenos días"; allí la gente comenzó a quejarse y él sencillamente dijo "oops, pensé que estaba sólo, cómo saludé y nadie contestó..." y con la misma se salió del ascensor en el siguiente piso"

JAJAJAJAJAJAJAJA UN DIA VOY A HACER ESO!!!!

... pero con mi mala suerte de seguro va en el ascensor un futuro jefe o profesor de la uni =(

Si, da rabia ke no respondan los "buueennaassss", pero bue... asi es la gente.

Saludos!!

Inos dijo...

Caray, pensar que cuando nadie me contesta me suelo morir de la risa con todo desparpajo. Resultado: el verte de buen humor les jode el día completito. Funciona. Y no dejo JAMÁS de saludarlos, incluso con efusividad. He logrado hasta que ciertas paredes hablen. Todo un logro.

Claro que el hermano de sparklers tiene su propio método: el de la terapia de shock... XD

Salú.

Daniel Lara F. dijo...

Generalmente a la gente cuando esta enamorada se le traban las palabras. Muchas veces, al ver a la persona amada, se les nubla el pensamiento de tal manera, que se les hace imposible articular pensamiento alguno. Ahí te dejo eso, para la galería de razones que puede tener el tipo que no te saluda...

Unknown dijo...

There you go, Daniel... Una interesante razón que se había quedado sin analizar. Y yo que creía que todos mis vecinos y más de la mitad de los de mi oficina eran unos maleducados: tal vez es que los traigo locos a toditos, hombres y mujeres...

Daniel Lara F. dijo...

Es que eres un atraco pana...
Saludos