viernes, 1 de agosto de 2008

Lección 1: Los hombres multipénicos

Tal vez mi usual recurrencia a una muy particular definición de (léase: mi mal chiste sobre) Educación Sexual ("consiste en decir gracias luego del acto... ja ja ja ja") se deba, en el fondo, a que los conocimientos formales que recuerdo adquirir en la escuela sobre el tema no fueron demasiado extendidos.

Pero si tal carencia educacional era crónica, al menos parece estar ya corrigiéndose según información aparecida por estos días:

Lo que quizás me produzca una pizca de inquietud sea el material gráfico de apoyo a tan loable iniciativa. ¿O será el material que el diario —el Vea para más señas— encontró por esos mundos de internet para ilustrar el artículo? Quién sabe. Pero en todo caso, por suerte la mayoría de las personas tenemos muy a mano (nunca más apropiada la expresión) la evidencia que nos evitaría formarnos una mala idea de la realidad a partir de esto:

¿Qué? Dos penecitos paralelos? Uno de repuesto, imagino... Con algo atrás y en medio que debe ser un testiculito... ¿O habrán cambiado de posición, situándose delante los dos saquitos (y separados) y detrás el miembro? ¿Será que en Margarita las cosas han cambiado tanto en más de 10 años que no he ido? ¿Tanto como biológicamente? En este momento recuerdo una nota que leí sobre el incremento en las cifras de turismo sexual a la isla, pero no me atrevo a extrapolar...

En fin. A mi el dibujo me recordó un poco a cierto personaje, que como aún, que yo sepa, no ha expuesto tan detalladamente su anatomía, no me atrevería a asociar con el esquema de arriba. Aunque Zoidberg es medio animal marino, Margarita una isla donde hay actividad pesquera... Hmmm...

En todo caso, leyendo por encimita la nota de prensa me alivia un poco que la información impartida en la Jornada margariteña tuvo un público predominantemente adulto, que como dije antes, ya habrá conocido de primera mano (y dale) la verdad verdadera. Que si no fuera así, seguro que la expresión de las niñas aprendiendo del dibujito no sería precisamente la de la muñequita sin orejas que aparece en él, tan interesada en cuanto el chiquillo tiene para ofrecer...

Cosas de la educación. De la ilustración. De la información.

Por cierto, otro chiste viejo y gafo, que recordé aquí pensando en desinformación anatómica: un tipo se esconde a su mascota, un gato, en el pantalón para poder abordar un tren. Ya en camino, se queda dormido, y el animal inquieto por su encierro logra sacar una pata por el cierre del pantalón, lo cual es observado por su vecina de puesto, una monja. "Dios mío", reflexiona, "de lo que me salvé. Ya tienen hasta uñas esos bichos".