miércoles, 12 de diciembre de 2007

Nuevas ideas para una tradición

Pasado mañana tenemos el tradicional almuerzo de Navidad de la oficina. En él, además de compartir en una mesa —junto a manjares de la época y litros de licor— relajadas conversaciones fuera del ambiente de trabajo con las personas que comparten nuestro día a día, aprovechamos también para honrar otra de las hermosas tradiciones de la época.

¿En qué consiste? Pues es simple: cada persona piensa, con unos días de antelación a la comida, en algo que se quiera comprar. Lo identifica muy bien, averigua dónde lo venden, quién lo vende, cuánto cuesta, dónde lo puede conseguir en oferta, etc. Incluso puede apartarlo en el negocio seleccionado. Una vez hecho todo esto, no se lo compra... sino que lo anota en una lista, con todo lujo de detalles, como todos los demás compañeros de oficina.

De seguidas, se sortean en papelitos secretos los nombres de todos en el grupo, de manera que cada quien lea la lista y termine de efectuar la compra de alguien más. Entonces el ansiado día, cada miembro del grupo anuncia —con una gran expectativa— a quién terminó de hacerle la diligencia, y le entrega lo solicitado. Ese destinatario hace a su vez lo propio, y así sucesivamente hasta que todos tengan en su poder lo que se iban a comprar en primer lugar.

Se llama "intercambio de regalos".

Ahora bien: no me tomen por alguien que no respeta las tradiciones: ¡sin ellas, el espíritu de cohesión de nuestros grupos sociales carecería de una de sus más útiles herramientas! Pero visto que la rutina muchas veces impide la evolución, he estado tratando de pensar acerca de este rito de una manera revolucionaria, y propongo a continuación nuevas formas de desarrollarlo, algunas de las cuales nos ahorrarían pasos fastidiosos y harían el momento final más expedito:

1. Visto todo el esfuerzo que cada persona pone en precisar dónde, cómo y en cuánto puede conseguir lo que quiere, y para evitar la duplicación de esfuerzos, finalice cada quien su transacción, y deposite luego su compra (secreta e individualmente) en un lugar común junto a las demás. Se hace el sorteo de nombres de la manera usual, y al momento del "intercambio", cada quién busca el paquete con el nombre de quien le tocó en el sorteo, y se lo entrega a esa persona —o más precisamente, se lo devuelve. La persona "regalada" debe siempre hacerse la sorprendida.

2. En caso de que la compra abulte demasiado, y además sea realmente molesto cargarla hasta el sitio de la reunión —no olvide: usted además se ha procurado "una pinta" para la ocasión y no querría dañarla cargando bolsas o cajas— llévese sólo la factura. Se colocan todas en una pila, y la ceremonia consistirá en que cada quien lee la descripción de lo que "regala".

3. Otra variación de esta modalidad es que cada quien le presente la factura de su compra a quien le ha tocado en sorteo, y esa persona le paga el monto que se indica en el documento. Mientras circulan los dineros y los vueltos, las personas van explicando qué se compraron y lo mucho que les gusta.

4. Finalmente, y dado que en estos "intercambios" se promueve un gasto equivalente entre todos los participantes, los montos repartidos equivaldrán entre sí; este paso también se puede obviar. La lista de papelitos, entonces, deteminará a quién le cuenta cada persona lo que ésta le está "regalando", y ya. Los participantes se pueden extender brevemente en describir el excelente gusto que la otra persona ha tenido al seleccionar esto o aquello como regalo; así, el momento de seguir conversando, comiendo y bailando vendrá cuanto antes, finalizado hasta el siguiente, venturoso año el tan encantador rito...
____
Alguno de ustedes recordará, y tal vez incluso asocie con este artículo, uno que cometí el año pasado, también sobre el tema navideño, pero allá en mi otro blog y "patrocinado" igualmente por el entrañable personaje verde de allá arriba...(en ese post, por cierto, detallo sus señas). Para esta ocasión he preferido mudar el tema para acá: el carácter de este espacio últimamente sin duda le es más afín...

sábado, 24 de noviembre de 2007

"¡Luz! ¡Más luz!"

...dicen que fueron las últimas palabras de Goethe. Al parecer, no por hambre de conocimiento sino porque quería que abrieran una persiana de su habitación; en todo caso, ¡cuán satisfecho se habría sentido en el bulevar de Sabana Grande, paseando cualquiera de estas noches, cuando hayan terminado de instalar unos poderosísimos nuevos postes de iluminación!

Más luz es lo que habrá. Si bien tampoco en la nota de EU, como en las palabras del dramaturgo, será la del conocimiento; al menos no el matemático...

miércoles, 21 de noviembre de 2007

...que no todo es joda!

Nadie me ha pasado este meme, pero está en todos los blogs que leo, así que lo asumo. Además, como dice la gente de Cagá 'e país, todo el que tenga un blog que lo ceda para la discusión.

¿Por qué votar NO? Sin entrar en profundos análisis legales (que no sé hacer), los motivos principales para mí son:

1. Porque una modificación de esa envergadura, de acuerdo con la misma Constitución vigente, implica hacer una Asamblea constituyente. No como una "reformita del 10% de los artículos".

2. Porque poner "vicepresidentes por regiones" no es otra cosa que ponerle supervisores no electos a gobernadores electos.

3. Porque con toda la tradicional ventaja de postularse desde el gobierno (y con toda la maña que Chávez le añade), la "reelección" se convertirá en un mandato perpetuo. Y no: eso es de retrógradas.

Tres referencias a la discusión:

1. Desde el incendio, donde Rafael Osío da quince razones más, citadas a su vez de Gusano de Luz.

2. Rayas y palabras, que recién conocí hace poco, con excelentes análisis... y

3. Diario de la crisis, infaltable. Cualquier post, como este.

Por último, tres blogueros que podrían contribuir a esto:

Juancho, luisbond y Daniel. Sorry, guys...

Y a otra cosa. Que la joda sigue.

jueves, 8 de noviembre de 2007

¿Separados al nacer?

No he tenido la presencia de ánimo para investigar si ese rictus tan característico en el rostro del ministro Carreño es causado por alguna dolencia o accidente. Tampoco me burlo: sí sé, empero, por lecturas aquí y allá, que el rostro de un hombre es, a partir de cierta edad, su propia hechura. Vamos: que un amargado tiene cara de amargado, un ser jodedor y dicharachero lo es casi siempre a simple vista, un alma risueña refleja su carácter en su cara; la desfachatez, el descreimiento, la generosidad, la adustez... todos los rasgos psicológicos terminan mostrando —nunca mejor dicho— su rostro tarde o temprano.

Pero tal vez —se me ocurría mientras buscaba las dos fotos de allá arriba— también brota del rostro de cada persona, voluntariamente o no, lo que uno quiere ser, el ideal de carácter que uno quiere llegar a igualar —así sea temporalmente, para representarlo en una novela, por ejemplo... p para adoptarlo como propio. Como el nuevo, verdadero rostro...

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Pa' que no estorben...


—Jefe, ¿dónde ubicamos estos contenedores de basura?

"Coño, este tipo si es bruto", pensó el jefe; luego le dijo:

—¡Coño, tú si eres bruto! Colócalos cerca de la esquina, pero en un sitio poco transitado, que la gente casi no utilice, para que no sean un estorbo...

Pero él tampoco era tan bruto: fue y los colocó exactamente en el lugar más acorde con las instrucciones. En donde comienza el rayado peatonal, plena esquina de Candilito de la avenida Urdaneta.

jueves, 18 de octubre de 2007

Pues vaya forma (verbal) tan peligrosa...

Granted: el gerundio es una forma verbal traicionera. Tanto que, hoy me enteré por casualidad (en un excelente artículo con cuento incluido, reseñado por Libro de Notas), el gobernador de Brasilia ¡lo prohibió! en las comunicaciones oficiales...

¿Qué puede hacer uno, con menos poder que ese resuelto hombre de Estado? Mi solución —y no se la recomiendo a nadie— es hacer como cuando me presentan muchas opciones: me inhibo. No uso mucho el gerundio*, no vaya a ser que perpetúe en el intento alguna de las miles de formas de romper las reglas de su correcto uso.

Y vaya y diga cosas como esta.



Yo, en particular, hubiese escogido una forma menos... radical de huir que este pobre desgraciado. De manera que dijesen de mi algo así: "...logró huir saltando por sobre un muro de dos metros", o tal vez "logró huir disfrazándose de perro callejero...". No sé. Pero... ¿así? No, S.U.N. de E.U., así no se huye...

________
(*) una manera, sí, que me gusta mucho usar del gerundio es, al hablar, decir por ejemplo: En llegando yo, y va y se prende tremendo lío... ¿No es elegante?

lunes, 15 de octubre de 2007

¿Y si no?


Gerenciar un edificio debe ser algo complejo... ¡Dar indicaciones a sus usuarios puede requerir el máximo detalle de procedimiento! Los ascensores, por ejemplo, esos complicados aparatos... Nunca sobrará cualquier indicación que se dé a los usuarios.

viernes, 10 de agosto de 2007

Palabras para la posteridad, pero con anterioridad


¿Qué sería de nosotros sin los iluminados intelectos de quienes nos gobiernan? ¿Dónde estaríamos sin esas poderosas mentes abriéndonos el camino hacia el progreso con cada preclara palabra que sale de sus bocas? Por suerte, algunos conscientes cronistas citadinos han tenido la patriótica previsión de inmortalizar en duraderas placas cerámicas, emplazadas en sitios públicos, esos pensamientos sin los cuales vagaríamos en la penumbra del desconocimiento y la incivilidad.

Sirvan pues las sabias lucubraciones —firmadas y todo, que le da un nosequé de extracto de obras completas— del alcalde Freddy Bernal como potente faro (incluso para guiar automóviles, pues esto es en la autopista), para que nos conduzcamos por el angosto pero provechoso canal rápido camino del orden. ¡No esperemos nunca más a que los tediosos años den el bruñido de "famosas palabras" a lo que nuestros oídos tienen la ventura de escuchar en el presente, y démosle con prisa el indiscutible, merecido hombrillo pedestal ciudadano!

Por si la foto se ve poco (amplíese con un clic sobre ella): "Sólo con conciencia y participación ciudadana, lograremos recuperar nuestra ciudad" Bernal. Ah, la inspiración inmortalizada. Qué libros ni qué próceres ni qué nada.

viernes, 3 de agosto de 2007

El semáforo, la ley


¿No les parece que hay en el comportamiento de un peatón caraqueño frente a un semáforo bastantes paralelismos con nuestra forma de entender las normas en general, y los trámites burocráticos en particular? Cada quien tiene su propio criterio sobre si debe seguirla o no, y de qué manera.

Ahí están los legales. Se aferran —tal vez histéricamente, tal vez con fe ciega; es igual— a la racionalidad de la norma, a veces independientemente de cómo ésta se comparezca con la realidad. Veamos a nuestro peatón: ¿Llega al cruce y no tiene paso? Él sólo mira la luz, esperándolo. No entiende a los que se zumban a torear; éstos no lo entienden a él. Tal vez no pasen carros, pero tampoco cruza: no es su turno. Luz amarilla para los carros y se prepara (mentalmente: no mueve ni un dedo), y apenas cambia a roja arranca, optimista. Cree que los pies de los conductores sobre los frenos son una certeza matemática dentro de la norma. Los legales, llenos de optimismo, suelen ser atropellados.

De seguidas tenemos al suave que llega al paso cuando no le toca cruzar y comienza a negociar visualmente con cada conductor, pues ganando simpatías también se cruza. Va conquistando terreno, contrariado cuando algún conductor poco solidario pasa sin verlo y "a mucha velocidad" —o sea, la permitida porque tiene luz verde— y sólo mira el semáforo cuando está a la mitad del cruce y se hace obvio que no todos se pararán por él.
El ciudadano equivalente es ese que va a hacer un trámite y pide permiso en la cola "para preguntar nada más", y pasa de primero a resolver la diligencia; o el que, tras escuchar el procedimiento normal de boca de un funcionario, intenta darle la vuelta con un "sí, pero tú no puedes, mi pana, hacerme una segunda..." Parece que tuviera familia en todas partes: "Oye, hermano..."

El que hace sus propias reglas es un peatón que se lanza a destiempo pero no sin antes hacer la señal de alto frente a cada vehículo, autoinvestido de repente con autoridad de fiscal. Suele dar su servicio desinteresadamente a otros (y los dirige con la otra mano: dale, dale...); o ejercerlo cuando va acompañado de niños, ancianos o paquetes, lo que en su visión del mundo le otorga una especie de amnistía de usar los cruces como los demás.
Lo reconoces en la diligencia burocrática porque siempre tiene algo que lo distingue —según él— y justifica para no atenerse a la norma: "Hermano, pero yo vine ayer", "Sí, pero es que yo tengo este carnet...", "Es que mi tía, que trabaja aquí..." y un conveniente etcétera.

Los que hacen lo que hagan los demás suelen ser poco peligrosos, aunque depende de con quién se junten. Como peatones, los encuentras si haces esta prueba: bájate de la acera cuando aún la luz no cambia, y de inmediato intentarán cruzar contigo. Mira el semáforo si no puede completar el cruce: a veces harán lo mismo —si bien riendo, no dando realmente crédito a eso que han escuchado de que ese aparato con luces de colores tenga función alguna.
Como compañeros de cola en algún ente, están atentos a cualquier cosa que preguntes, para ver sus papeles, comparar y decir: sí, tiene razón, así es. Si reclamas, son los que corean sí, ajá, verdá es, dígaselo. De resto están allí, de relleno, calladitos.

Sigue el feliz, que parece ignorar la existencia misma de los semáforos. Su pie no distingue acera de calzada. Él va. Tal vez en su pueblo de una avenida con tres calles perpendiculares nunca se requirió siquiera pintar un cruce de cebra. Tal vez sí lo conoce pero no le importa. Puede aparecer por la esquina, a mitad de calle, por donde sea. Cruza derecho, en diagonal; lento o corriendo; de espaldas, saltando en un pie. Solo o acompañado. Viendo el periódico o hablando por celular. Hace rechinar los frenos de los carros, o los torea. En realidad, ni los mira.
Equivale al nuevo anarquista. No cree en la existencia de gobierno, leyes, normas u orden de ninguna especie. Su mamá o su mujer le hacen las diligencias.

Los arrechos se valen de su inherente mayoría como tumultuosa razón para tener la razón. Son similares a los que hacen lo que hagan los demás, con la diferencia de que cuando abultan adquieren valentía y desprecian turno, luces o sentido común. Quítense, carros, que allá vamos.
Huelga decir a quiénes se parecen. Todo el mundo conoce uno...

miércoles, 1 de agosto de 2007

Cinco blogs que me hagan pensar...

¿Qué les parece? Miren la plaquita que me he ganado...

La sensible niña pippërmint —la patzchka de interesantes fotos— que escribe de este lado del mundo, ha tenido la gentileza, no sólo de leer este sitio, sino de calificarlo como un blog que la hace pensar. Le agradezco la reseña que hizo a mi desaguadero de descargas: el a veces único destino de esas cosas que uno mira y hacen levantar la vista buscando un interlocutor tragándote un "¡qué b***s!" Si hago a alguien pensar, o tan sólo reirse un rato (que viene a ser lo mismo en ciertos casos), me considero pagado. Ya el premio es un plus...

Now. Ya que esto se trata de un meme, debo dejar que siga replicándose hasta la locura por el espacio de las bitácoras... Tengo cargadas en Bloglines más de cien, de distintos pelajes, y ciertamente muchas de ellas me hacen pensar. Sin quitarle nada a nadie, todos son ganadores, etcétera, propongo el TBA a:

Desde el incendio, de Rafael Osío Cabrices, que tiene algún tiempillo que no actualiza (y no sé con qué tiempo lo haría: este periodista trabaja como en cien blogs y doscientas revistas), pero que cada vez que lo hace lo bate a uno contra el suelo a punta de acertados análisis y razonamientos.
Diario de la crisis, donde luis, junto a maryeu, despelleja a velocidad diabólica la actualidad venezolana, entre otros temas.
Pulga de libertad, de Luis Alejandro Ordóñez. Hilado fino sobre siempre interesantes tópicos.
The Dilbert Blog. Scott Adams probablemente no necesita este premio o ha oido hablar de él. Pero sus post diarios son de un tono incisivo, o hilarante, o analítico, o todas las anteriores, que realmente hacen pensar. Reaccionar. O disfrutar. It's in english, pero sabrán disfrutarlo.
Libro de notas. Diario de los mejores contenidos de la red en español... ¡Más nada! Califica como blog, creo... es una brutal, adictiva recopilación diaria de contenidos de calidad en español, "lejos del bombo y platillo de los grandes portales comerciales". Un gustazo.

Y listo. Los que se enteren de estos cinco, atención:

Las reglas para participar (es con ustedes cinco):
  1. Si, y sólo si alguien te selecciona, escribe un post donde enlaces a otros cinco blogs que te hagan pensar,
  2. Enlaza al post que originó el meme, para que la gente sepa cómo empezó todo,
  3. Opcionalmente, despliega con orgullo el icono de Thinking Blogger Award, que enlace al post que escribiste al respecto.
Tal vez los dos últimos sitios son distintos, en cuanto a la esfera en la que se mueven, pero son, como dice ilker yoldas en su primigenio post, "blogs with real merits, i.e. relative content, and above all - blogs that really get you thinking!" Así que considero una tarea darlos a conocer a todo el que pueda. Dicho.

lunes, 23 de julio de 2007

Las barrigas de los choros

¡¿Hasta cuándo estos espectáculos?!

¿Por qué tenemos que tropezarnos con estas grotescas imágenes en los periódicos? ¿Tenemos que contemplar impávidos las generalmente ostentosas lipas —o puestos a ver, también peludas flaqueces, trabajados abdominales o malpapeados costillares— de maleantes, atracadores, sádicos y traficantes diversos, todo con tal de respetar, alabado sea, su derecho a la intimidad, privacidad, pudor o como quiera que se llame ese derecho que sí hay que respetarles a pesar de que casi siempre que aparecen en esas fotos es porque algún derecho ajeno —a la vida, a la propiedad privada, a la virginidad, a unas fosas nasales libres— no respetaron a su vez?

Una foto de estas hace que la actuación policial asemeje a eso, una actuación. Un teatro. ¿Cómo sabe uno que los de la panza al aire no son actores puestos ahí para simular la captura de peligrosos maleantes? ¿O un pana del policía, que posó porque al choro lo estaban, en ese momento, moliendo a palos en la discreta intimidad de un módulo policial? ¿Cómo estar seguros de que no son maniquíes, si al caso vamos, o muñecos de almohadas como los de las películas de escape? ¿Qué tal si son imágenes recicladas del periódico, porque el fotógrafo no llegó a tiempo y la nota así sin imagen estaba muy aburrida?

Cuando una nota de prensa cuenta las peripecias de la heroica captura del artífice de un crimen horroroso o un robo espectacular, se queda uno con las ganas de ver a los ojos, en foto aunque sea, a la hábil bestia antisocial. Tal vez, dice uno, era vecino de casa y uno le daba los buenos días cada mañana. Quizá era amigo de uno de tus hijos, y te pierdes la oportunidad de decirle al malagradecido ese que tú tenías razón, que esas juntas no traerían nada bueno.

Algo me dice que antes de que una persona sea sometida a juicio y se determine si hubo crimen y cuál sería su castigo, se trata de un presunto: es inocente hasta que se determine lo contrario. Visto así, que aparezca reseñado en la prensa como criminal sería injuria, entiendo. Pero en general, me parece buena la idea de conocer la cara de los maleantes capturados in fraganti: con la cartera de la viejita en la mano, con el revólver y los reales del banco atracado, con los envoltorios de cocaína aún en los interiores, con el puñal ensangrentado en la mano. Por lo que tiene de aviso: "este es el criminal". También por lo aleccionador: "mírale la cara al imbécil que se dejó atrapar". Pero sobre todo, por lo que tiene de castigo moral.

¡Sí, de castigo! Uno no se va a aprender las caras de todos los choros que aparezcan en el periódico, pero el entorno de esa persona lo reconocerá. ¿Cuántos crímenes se evitarían si el potencial criminal supiera que todo el mundo verá su cara en la prensa? ¿Que su familia pasará esa pena? ¿Que sus vecinos lo reconocerán, sus antiguos amigos, sus hijos?

En Colombia se discute aprobar la publicación, en VALLAS, de los rostros de los violadores convictos. Aquí, muchas veces es la chaqueta de un mismo policía la que cubre la vergüenza de un choro apresado. Si aquí nunca vamos a ver la cara de los malos, ¿no puede ser distinto entonces el show? ¿No podemos, aunque sea, mandar a confeccionar unos gorritos, especie de pasamontañas pero sin huequitos para los ojos y la boca? Cada policía carga uno en el bolsillo y dispone de él en el momento justo. Podría incluso decorarse con caritas de acuerdo al crimen cometido (o una cara genérica, como la del loguito de Flickr), y así nos evitamos la diaria y desvergonzada exhibición de mondongos?

El mundo lo agradecería.

martes, 17 de julio de 2007

Así, así, así se remodela

La foto es de caracasapie, en Flickr,
desde donde por cierto no la pude bloguear.
Acá los links.


La plaza frente a mi casa está siendo remodelada. A principios de marzo, poco antes de irme de vacaciones, un par de obreros con un martillo neumático comenzó a romper el piso, unos metros cada día. Una noche pasé por allí y vi la valla que anunciaba la "Recuperación integral de la Plaza Urdaneta" (esta es la parte alta —la que da a la avenida/tiene la estatua de Urdaneta— de lo que muchos llaman la plaza Candelaria. La mitad de abajo, frente a la iglesia, es la que se llama así, por la parroquia).

Regresé de viaje, comenzando abril, y continuaba el trabajo. Pensé que por tratarse de un espacio público de cierta magnitud el equipo de trabajo sería más grande, pero allí estaba el par de obreros y quizá dos o tres más. Fajados.

Hoy, mediando julio, cuando ya se han ido (no sé si temporal o definitivamente) los trabajadores y luce inminente la "inauguración" (así rematan lo que debería ser un rutinario mantenimiento periódico), puedo comenzar a sacar conclusiones en cuanto a lo que una recuperación "integral" significa, área por área:
El piso de la plaza, de mosaicos amarillos y verdes, y prácticamente en perfecto estado: ese lo quitaron todo. Poco a poco lo reemplazaron por... un piso de cemento pintado. Con textura simulada de ladrillos rústicos, y rematado por una especie de barniz color sucio. Bonito... como para una acera de pueblito típico, o un paseo por el Ávila. RÚSTICO, casero. Los desniveles se ven desde mi casa (y yo vivo en un piso 7); la gente se tropieza con ellos constantemente y, cuando llueve, ya se forman varias lagunas fijas. Uno de los obreros las despeja un poco cada mañana con una escoba: imagino que él está incluido en la garantía del trabajo y hará eso por siempre cuando llueva...

Las escaleras de la plaza a la avenida Urdaneta: quedaron igual, salvo el primer escalón, que ahora es más alto que el resto (por el piso vaciado) y en suave peralte, lo que da una sensación única cuando los usas. Como de que tienes una pierna más corta o algo así. ¡Ah! Y le colocaron una pequeña rampa, demasiado empinada para servir a los minusválidos. Para motos, sin embargo (mototaxis, policías, particulares), es perfecta, como ya he visto...

El jardín que rodea la estatua de Rafael Urdaneta: más bien una extensión de tierra seca de poca profundidad (hay un estacionamiento bajo la plaza, ésta viene a ser una placa de techo): sustituyeron la tierra seca por abonada y sembraron grama. Luce aún verde, a pesar de los chamos que lo usan de parque, pues le quitaron la baranda (y no soy partidario de los "jardines presos", pero el breve pasillo que rodea al pedestal es una tentación demasiado grande). Le doy pocas esperanzas: nunca he visto jardineros en la plaza.

El otro "jardín", frente a la estatua: era un rectángulo de tierra de similar calidad al de la estatua, con monte siempre crecido y rodeado de una baranda de tubos como hasta la cintura de alto. Lo más parecido a una manga de coleo pero corta, como para perros. Ese jardín lo quitaron: ahora caben más toldos y sillas en la plaza para los eventos siempre presentes.

Los bancos: solían ser de esos de parque, de metal, con espaldar y brazos, uno al medio para evitar que sirvieran de cama. Sustituidos por bancos de concreto, sin espaldar (pobres viejitos) y llanos como para acostarse, en filas casi continuas (o indefinidas, Cilia).

Las barandas de tubos, tipo manga de coleo: se quedan iguales. Ni pintarlas se les ocurrió.

Los "espacios verdes" hacia la avenida: usuales laberintos de túneles de ratas, ocultos por basura. Hace dos noches (ayer iba el alcalde Bernal, pero suspendieron el acto) los maquillaron con tierra y matas, a las que doy dos meses de vida, vista la inexistente labor de jardinería que había antes y que continuará así.

El módulo policial-escenario, mamotreto de concreto que ya no aloja policías y sólo de vez en cuando un espectáculo: se queda. Lo pintaron...

Otros cambios: uno de los postes de la plaza, pieza clásica de hierro fundido y quién sabe de cuántos años, se cayó cuando quitaron el piso y se partió en mil pedazos. Sólo queda la base, que han usado por estos días para ayudar a amarrar un tenderete de artesanías.
* * *

Las plazas Urdaneta/Candelaria no son placitas de vecindario, o de pueblo. Están en el corazón de una de las zonas más transitadas de Caracas, y por su tamaño, historia e importancia uno se diría que su remodelación es de gran impacto. ¿Por qué, entonces, acometen el trabajo como quien manda a cambiar una cañería de un barrio? Unos pocos obreros haciendo, a duras penas, un trabajo que, sin desmeritarlos, es de categoría claramente inferior al que ese espacio merece. Una plaza de ese tamaño les queda grande. La plaza retrocedió a categoría pueblo. O barrio, porque categoría pueblo ya tenía.

¿Es porque ahora hay que darles trabajos a cooperativas? ¿Las compañías de arquitectura o urbanismo son muy elitistas para trabajar con la Alcaldía? ¿Caracas no se merece un trabajo de primera categoría, un estudio serio, un espacio público novedoso y moderno, tal vez originado en un concurso de arquitectura donde el mejor trabajo sea reconocido con la buena pro?

Por cierto: ya los vecinos denunciaron con terror en la prensa que se están haciendo mediciones para remodelar (= darle un contratazo a alguien para que cambie lo que está bueno y deje lo malo) de la otra plaza, la de abajo. Quizá ya sea tarde, y eso esté cuadrado...

jueves, 5 de julio de 2007

Un mejor título


Lo que taché no importa. Lean el texto de la nota y díganme si no estarían más tranquilos si la noticia fuese más bien la que yo sugiero... Haciendo clic en la imagen se puede ampliar, pero por si acaso mejor transcribo (me duelen los ojos, los dedos) el texto íntegro:
Caracas.- Un sujeto que pretendía, abrir la puerta de un vehículo en las adyacencias de la Asamblea Nacional fue capturado por funcionarios de la Policía Metropolitana, esto está en marco de Avenida Baralt Segura.

Que comprende toda la avenida Baralt, y las zonas adyacentes este operativo comenzó los primeros días de marzo del año en curso, lo cual quiere decir la operación a arrojado buenos resultados, los dispositivos que la Policía Metropolitana puesto en la zona nos dice es la forma de tratar de menguar la delincuencia.

Según informaciones suministradas por el Subcomisario José Paredes jefe de la zona 5 comisaría Rafael Urdaneta, también estamos implementando los puntos de control en todas las plazas del casco de la ciudad, hasta llevar este operativo en todo municipio Libertador, aseveró, el jefe policial.
Sin firma. Gracias a Dios.

Y sí: me dirán "pero pa' qué tú lees ese periódico, es que tú te lo buscas", y cosas así. Pero debo decir que el Día del Periodista y subsiguientes, publicaron onanistas reportajes dando a conocer al equipo de redacción, y había correctoras. Yo las ví, estaban en la foto: eran dos. Existen.

Si les pagaran por error corregido... ¿cuánto dejaron de ganar aquí? Aunque no creo que los cuenten (yo sí: diecisiete al menos. Mis favoritos en negrita), de hecho no creo que esta nota haya pasado por las manos de nadie. Ni siquiera por las de un redactor. Esto se excretó, supuró solo. Ocurrió.

viernes, 29 de junio de 2007

Hola, pared...

Hay un carajo en mi trabajo, que solía ser portero de mi piso para más detalle, que no me traga. O eso creo; yo, por mi parte, no le tengo más reserva que la que reservo para quienes se tragan la lengua como toda respuesta de un simple saludo que les ofrezcas.

De verdad: el tipo está solo, en un escritorio frente a la puerta de mi oficina, cualquier mañana. No está leyendo nada, no está hablando por teléfono. Es él, el escritorio, y la pared de enfrente. Y paso yo con mi cara de vendedor de enciclopedias, suelto en su dirección un buenos días —normal: ni muy meloso, ni muy confianzudo, ni muy retador. Un buenos días neutramente vocalizado, de libro— y en ese instante el peso del bigote que le cuelga de la nariz se le hace terriblemente pesado: su cara se precipita hacia el escritorio en el momento preciso para obviar que le saludé. En el trance de yo circular frente a él, puede encontrar los más fascinantes y nuevos detalles en la veta mentirosa de Formica marrón de la mesa frente a él, de suerte que casi siempre termino contestándome yo mismo, mentalmente, el saludo.

Tengo vecinos de la misma madera. Y los ves siempre, te los encuentras a cada rato: en un pasillo, en el ascensor. Tropiezas de frente con ellos. Y no hay manera: le busques la mirada, o hagas la típica apretada de labios moviendo la cabeza en un silencioso (el saludo más serio, menos exigente), o declares a voz de cuello un saludo general. Se quedarán así, tan pintados. O mejor aún, buscarán zancudos en el espejo, detallarán en su mano las llaves de la casa (¡que nunca habían visto!), o tararearán alguna tonada inventada para la ocasión. No muy alto, tampoco, que aunque se creen solos en ese momento, tampoco quieren quedar como locos.

¿Por qué? De antemano declaro mi absoluta certeza de que no soy monedita de oro. Quienes me conocen saben que no ando colgado de los hombros de la gente, ni me ando hermanazando o compadreando cada dos por tres. Algunos me tildarían, incluso, de huraño —"Ayer te vi por la calle, llevabas car'e culo" es una frase que he escuchado algunas veces— Pero mi barnicito de buenas maneras tengo. De urbanidad, de empatía social. Reconozco la presencia de otro ser humano en la cercanía de mi espacio, respondo a ese estímulo sensorial.

¿Cuál razón tienen tantas personas para quedarse con su cara de estatua de cera cuando, al ser la única en un ascensor donde te montas, les dices bueenas... o buenastardessss o quetalcómoestá? ¿O cuando ellos mismos son quienes se acercan a uno en una oficina, un pasillo? ¡COÑO, que no soy un florero! ¿He peleado contigo? ¿Me tienes arrechera, o me conoces siquiera para tenérmela? ¿Le tienes rabia a los calvos, le tienes asco a mi perro, crees que te miro por sobre el hombro por ser portero, te cayó mal el desayuno, no ves a Linda desde hace dos meses? Un día, lo juro, me pondré la tarea: tengo que averiguar por qué...

domingo, 3 de junio de 2007

No sé qué contraopinan ustedes...


El proceso que culminará en el cambio de la moneda el próximo año —de bolívar a Superbolívar bolivariano bolívar fuerte, y vuelta a bolívar— se ha dado en llamar en la prensa "reconversión monetaria". También es así en la página del Banco Central de Venezuela, que dirige (¿...?) el proceso.
¿Pero por qué reconversión? ¿Por qué no conversión, que según el diccionario ya quiere decir transformación o cambio en algo distinto? Creo que se cae con ese término en el mismo error que cuando se dice, por algo que sucede dos veces consecutivas, "ay, se repitió otra vez".
Y sí, tal vez la moneda venezolana ha sufrido algunos cambios en el pasado (las de mi bolsillo, por ejemplo, se transforman en sal y agua a cada rato), pero el proceso no tiene la consecutividad que a mi juicio justificaría el término: que primero haya habido una conversión de la moneda, pongamos, un mes antes, y ahora se ejecute una reconversión.
¿Reforma? Sí: se cambia la forma de algo. ¿Pero reconversión? Lo repito (una sola vez): me parece que se redunda.

sábado, 2 de junio de 2007

Sólo se vive una vez...

...pero morir —¡Ay, morir!— eso sí que no es tan fácil, según esta nota de El Universal.

¿Tan terrible será ese hospital? No he ido a Maracaibo en años, no sabría decir...

Esperemos que al cuerpo le haya ido mejor en la morgue. Y en el recorrido al cementerio, que ya Otrova Gomas nos ha mostrado que incluso en ese último viaje no siempre se está tranquilo.

Ayudar puede ser dañino...


Esta desafortunada muchacha que mencionan hoy en una nota de El Nacional será sin duda recordada: por haber dado su vida por los demás.
Lo malo es que no explican cómo sucedió que, no más bajarse de la camioneta, la chica se desplomó sin vida.
Tampoco explican el rápido proceso de resurrección, aunque puedo entender que debía explicar lo sucedido, que no es muy usual: "Hola, familia, llamaba para avisar que me acabo de morir..."

lunes, 21 de mayo de 2007

Una de tres

He estado pensando... que cuando te preguntan, por ejemplo:
—¿Qué quieres tomar en el almuerzo?
Y tú respondes:
—Agua, tamarindo o leche...
está claro que hay tres opciones, ¿no? Dame agua, o dame tamarindo, o dame leche. Una de las tres. No me des dos (¡y ciertamente, no me las mezcles, imagínate!).

Otro ejemplo:
— ¿De qué color te gustaría la franela que te voy a regalar?
— Pues no sé... blanca, vinotinto o verde.
Tres opciones. No dos, ni una. A, B ó C. Igual que aquí:

— El Carnaval que viene me disfrazo de Batman, Ronaldinho o duende.
— Me siento un poco mal: tengo caspa, botulismo o dengue.
— Ese perro es un fastidio: Lame, te mea encima o muerde.

¿No les parece? Tres opciones, escoges una. Simple.

viernes, 18 de mayo de 2007

Just checking...

— Señor, ¿de qué tiene las empanadas?
— De carne molida y de queso.
— ¿De carne mechada no tiene?
— ...

lunes, 14 de mayo de 2007

LAS MOTOS DE CARACAS TENDRÁN DOS CORNETAS

ESPECIAL. Un operativo organizado por la Alcaldía Total y Absoluta de Caracas—informó Onomástides Perroterán, capo de la Corporación Única Patriótica de Guerreros de las Dos Ruedas Chinas Nacionalizadas sin Fronteras— ayudará la próxima semana a los propietarios de motos de la capital a efectuar a sus máquinas una actualización, instalando una segunda corneta —"que suena burda de más duro", precisó el dirigente— y que sustituirá un viejo accesorio, poco usado en Caracas hoy en día.
"Los frenos", explica Perroterán. "Hace tiempo que no los usamos mucho. La gente en las aceras oye el piiii y se quita, mansiiita; la corneta también achanta los carros en su canal pa' uno pasá; y corneta mata luz roja. ¿Frenos pa' qué?"
La placa de la moto, explicaron además en la Alcaldía, tampoco es necesaria para obtener el adminículo. Ni el casco. Ni saber manejar la moto: "No queremos atropellar (...) su derecho sagrado y soberano de ellos de circular por el territorio patrio de la república", se explayó un funcionario quien no supo dar su nombre.

viernes, 4 de mayo de 2007

Una de ciudadanos matutinos


Déjame comeme unos pastelitos en este kiosko... La moto, aquí. Tá medio atravesada, pero es que si no, no la veo, y la cosa tá fea... "¿Qué, no cabes por ahí? Pajúo, da la vuelta. La cera es de todos... Señora, deme dos". Ajá, aquí hay par de banquitos: uno pa' mí, el otro pa' mi casco. Eeeerga, ahí viene otro carajo a comé: déjame ponele car'e asesino pa' que no diga nada, nojoda. Ya yo llegué, que coma parao...

miércoles, 25 de abril de 2007

Hola,

ya regresé.

Objetividad, cristales de colores.

Pedro Lander, diputado, se sumó en la Asamblea Nacional al duelo por el asesinato —aparentemente, por ladrones interrumpidos en su labor— de Yanis Chimaras, actor. Llamó a los medios de comunicación a "no hacer uso del hecho de manera manipulada y vil"... tras lo cual deja caer, con el mismo aliento, que Chimaras, patriota por convicción, cayó por la descomposición social heredada de la IV República.
Mmmm.
Sobre el mismo suceso, el ministro del Interior Pedro Carreño prometió trabajo sin descanso hasta lograr su esclarecimiento. No descarta que el homicidio forme parte de una estrategia organizada, pues la víctima era presidente de un sindicato bolivariano de artistas.
Mmmm.

viernes, 9 de febrero de 2007

Kilo, mega, giga... ¡Y sexo, sexo, sexoooo!


Los escasos y pacientes lectores sabrán perdonarme la reiterada colgada (¿se dice así? Blogueros, ilustradme) de horrores de prensa, pero es que, uno, veo casi todos los periódicos caraqueños en la mañana, y dos, esa gente con sus ocurrencias no me da descanso.
"La tiene fácil", dirá más de uno, visto que el Últimas Noticias y el Vea parece que dan mucha discrecionalidad a sus correctores. No crean. También en los dos "grandes" (El Nacional, por cierto, viene retrasando su cambio de formato, no sé yo a santo de qué) dejan colar de vez en cuando sus divertidos typos, gazapos y travesuras de duendecillos.
El caso que me ocupa ahora, además, ni siquiera estoy seguro de que haya sido error. Verán: el tema del artículo, la pornografía, no es de mis más conocidos o explorados. Y si es ciberporno, menos aún: hay quien dice que es muy popular, incluso me aseguran que internet está llena de pornografía. No me consta, tendré que investigar...
Y mientras averiguo, aventuro la hipótesis de que tal vez, por tratarse de sexo y esas cosas, las unidad de medida de cantidad de información es radicalmente distinta. De hecho, la escogida acá tiene un no-se-qué de erótica, sexual. Léanla nomás. Tirabyte. Suena hasta lógico.
¿Cuáles serán las restantes, me pregunto? Abolido el terabyte, seguro que los demás órdenes de magnitud cambiaron a su vez. Y si no, pues propongo: byte, onabyte, felobyte y cunnibyte, por debajo (del tirabyte, malpensados. O antes, por lo del foreplay), Y por arriba (¡upa! O para después del tira...), pues singabyte, tetabyte y acabyte...
Gracias al UN (y a EFE, fuente de la nota) por ampliar, a varios tirabytes, mi capacidad. De asombro.

miércoles, 17 de enero de 2007

¡Hombre! ¿Y la otra?


Pues nada, que lo primero es lo primero. No están las cosas para que ande uno por ahí siendo tildado de maleducado sexual (qué horror, no dice "gracias" luego de servirse), así que hay que enfrentar el problema. A educarse en esa materia, y en todas las que se pueda.
Y es que al menos reconocer que existe la defeiciencia ya es algo: un primer paso para solucionarla. Y en estas cosas de la formación hay que estar, como los del Vea, ojo pelao: detectar las carencias educativas para ponerles su justo correctivo. Ser, pues, más efeicientes.