Ojalá mi sueldo supiera hacer esto...

Una de dos. O El Nuevo País nos intenta meter gato por liebre, al estilo de esta otra gente, o mis conocimientos de Economía son más precarios de lo que yo pensaba. Y mira que a cualquiera le vendría bien saber cómo dominar esta operación matemática —¡operación mágica, vamos!— en la cual un monto dado (o en mi caso, sudado) se duplica para alcanzar diez veces su valor.

Aunque algo no le cuadraba a OGA dos líneas más tarde —"No, la vaina tiene que ser más... ¡son precios récord!"— y triplicó por diez (¿será que multriplicó?) para acercarse con más precisión a la ganancia que los primeros siete meses del año (¿Y semestre no eran seis? ¿O eso era antes, en la 4ª?) le reportaron a nuestra vaca lechera caja chica industria exportadora.

¡¡Urgente, que alguien me enseñe a multriplicar así!!

Vamos, pues...

Sin duda, parece que el genio de esto todavía anda suelto...

Ey, tal vez le cobraban por palabra —pero, coño, ¿cuánto por una letra?— o, bueno, hay que sacrificar la puntillosa sintaxis por lo bonito, lo centrado del diseño, dos palabras de cinco letras, qué vaina más simétrica.

En este blog, sin embargo, ya no vamos asombrarnos por esto, ni vamos hacer alharaca estéril. No nos vamos poner fastidiosos... No vamos joder más, pues.