jueves, 31 de julio de 2008

El hombre que odiaba los puntos seguidos

Bien, respire hondo e intente leer esto:

¿Qué tiene de malo un punto, William? ¿O las frases cortas, la sencillez y la claridad en la expresión de una noticia? Seguro que el jefe de redacción te dijo: limítate a un párrafo. ¿Pero qué hay de malo, ya puestos a retar al jefe, en escoger un solo sujeto para una frase y quedarse con él hasta el final? ¿Qué es tan deshonroso en tratar de que haya un solo tiempo verbal en el pasticho final? (¿Qué de malo hay en reclamarle a una peluquera aunque sea a gritos, ponle tú que a golpes, o simplemente no pagándole, por lo malo que le quedó un peinado, digo yo? Pero eso es otro tema, un poquito más difícil de elucubrar, y ciertamente no responsabilidad del autor de esta fechoría.)

Otra:
Criminales, todos. La mal peinada, el Abuelo, pero también William, con sus párrafos mantenidos vivos a punta de comas...

2 comentarios:

Inos dijo...

Joer con el Characo... Ni el flujo de conciencia de Molly Bloom, pues.

Por cierto, ¿ese Prieto Vereta tendrá relación con el fabricante de armamento Pietro Beretta? ¿o el Riggs de Lethal Weapon siempre estuvo equivocado?

Salú.

Unknown dijo...

¡Purito flujo, Inos! Aunque de conciencia, mira, no sé... Y la Vereta de la malpeinada creo que es el modelo venezolano de esa que tú dices...