Una cosa en la que creo casi de manera religiosa es en la democratización de los espacios públicos. Qué cosa tan ciudadana es sentirse dueño de lo común, de lo que compartimos con los demás ciudadanos... Sólo cuando todos entendamos —y nadie mejor que el pana aquí fotografiado— que la vida pública es lo que nos hermana, nos junta a todos, es cuando funcionaremos mejor como sociedad.
¿No se sienten acaso más cercanos al suidadano durmiente de Plaza Candelaria? Hay algo de cercanía en ver a alguien durmiendo, de eso estoy seguro... ¿No les parece que comparten sus sueños, sus esperanzas, sus... emanaciones corporales? ¿No pueden casi oler los pocitos que rodean al camarada aquí en reposo? ¿No estarán más cerca de él como compatriotas, como conciudadanos, como vecinos, si, luego de su merecido descanso, el suidadano les presta el banquito, que es de él, de nosotros, de todos?
domingo, 9 de marzo de 2008
Suscribirse a:
Entradas (Atom)