viernes, 10 de agosto de 2007

Palabras para la posteridad, pero con anterioridad


¿Qué sería de nosotros sin los iluminados intelectos de quienes nos gobiernan? ¿Dónde estaríamos sin esas poderosas mentes abriéndonos el camino hacia el progreso con cada preclara palabra que sale de sus bocas? Por suerte, algunos conscientes cronistas citadinos han tenido la patriótica previsión de inmortalizar en duraderas placas cerámicas, emplazadas en sitios públicos, esos pensamientos sin los cuales vagaríamos en la penumbra del desconocimiento y la incivilidad.

Sirvan pues las sabias lucubraciones —firmadas y todo, que le da un nosequé de extracto de obras completas— del alcalde Freddy Bernal como potente faro (incluso para guiar automóviles, pues esto es en la autopista), para que nos conduzcamos por el angosto pero provechoso canal rápido camino del orden. ¡No esperemos nunca más a que los tediosos años den el bruñido de "famosas palabras" a lo que nuestros oídos tienen la ventura de escuchar en el presente, y démosle con prisa el indiscutible, merecido hombrillo pedestal ciudadano!

Por si la foto se ve poco (amplíese con un clic sobre ella): "Sólo con conciencia y participación ciudadana, lograremos recuperar nuestra ciudad" Bernal. Ah, la inspiración inmortalizada. Qué libros ni qué próceres ni qué nada.

viernes, 3 de agosto de 2007

El semáforo, la ley


¿No les parece que hay en el comportamiento de un peatón caraqueño frente a un semáforo bastantes paralelismos con nuestra forma de entender las normas en general, y los trámites burocráticos en particular? Cada quien tiene su propio criterio sobre si debe seguirla o no, y de qué manera.

Ahí están los legales. Se aferran —tal vez histéricamente, tal vez con fe ciega; es igual— a la racionalidad de la norma, a veces independientemente de cómo ésta se comparezca con la realidad. Veamos a nuestro peatón: ¿Llega al cruce y no tiene paso? Él sólo mira la luz, esperándolo. No entiende a los que se zumban a torear; éstos no lo entienden a él. Tal vez no pasen carros, pero tampoco cruza: no es su turno. Luz amarilla para los carros y se prepara (mentalmente: no mueve ni un dedo), y apenas cambia a roja arranca, optimista. Cree que los pies de los conductores sobre los frenos son una certeza matemática dentro de la norma. Los legales, llenos de optimismo, suelen ser atropellados.

De seguidas tenemos al suave que llega al paso cuando no le toca cruzar y comienza a negociar visualmente con cada conductor, pues ganando simpatías también se cruza. Va conquistando terreno, contrariado cuando algún conductor poco solidario pasa sin verlo y "a mucha velocidad" —o sea, la permitida porque tiene luz verde— y sólo mira el semáforo cuando está a la mitad del cruce y se hace obvio que no todos se pararán por él.
El ciudadano equivalente es ese que va a hacer un trámite y pide permiso en la cola "para preguntar nada más", y pasa de primero a resolver la diligencia; o el que, tras escuchar el procedimiento normal de boca de un funcionario, intenta darle la vuelta con un "sí, pero tú no puedes, mi pana, hacerme una segunda..." Parece que tuviera familia en todas partes: "Oye, hermano..."

El que hace sus propias reglas es un peatón que se lanza a destiempo pero no sin antes hacer la señal de alto frente a cada vehículo, autoinvestido de repente con autoridad de fiscal. Suele dar su servicio desinteresadamente a otros (y los dirige con la otra mano: dale, dale...); o ejercerlo cuando va acompañado de niños, ancianos o paquetes, lo que en su visión del mundo le otorga una especie de amnistía de usar los cruces como los demás.
Lo reconoces en la diligencia burocrática porque siempre tiene algo que lo distingue —según él— y justifica para no atenerse a la norma: "Hermano, pero yo vine ayer", "Sí, pero es que yo tengo este carnet...", "Es que mi tía, que trabaja aquí..." y un conveniente etcétera.

Los que hacen lo que hagan los demás suelen ser poco peligrosos, aunque depende de con quién se junten. Como peatones, los encuentras si haces esta prueba: bájate de la acera cuando aún la luz no cambia, y de inmediato intentarán cruzar contigo. Mira el semáforo si no puede completar el cruce: a veces harán lo mismo —si bien riendo, no dando realmente crédito a eso que han escuchado de que ese aparato con luces de colores tenga función alguna.
Como compañeros de cola en algún ente, están atentos a cualquier cosa que preguntes, para ver sus papeles, comparar y decir: sí, tiene razón, así es. Si reclamas, son los que corean sí, ajá, verdá es, dígaselo. De resto están allí, de relleno, calladitos.

Sigue el feliz, que parece ignorar la existencia misma de los semáforos. Su pie no distingue acera de calzada. Él va. Tal vez en su pueblo de una avenida con tres calles perpendiculares nunca se requirió siquiera pintar un cruce de cebra. Tal vez sí lo conoce pero no le importa. Puede aparecer por la esquina, a mitad de calle, por donde sea. Cruza derecho, en diagonal; lento o corriendo; de espaldas, saltando en un pie. Solo o acompañado. Viendo el periódico o hablando por celular. Hace rechinar los frenos de los carros, o los torea. En realidad, ni los mira.
Equivale al nuevo anarquista. No cree en la existencia de gobierno, leyes, normas u orden de ninguna especie. Su mamá o su mujer le hacen las diligencias.

Los arrechos se valen de su inherente mayoría como tumultuosa razón para tener la razón. Son similares a los que hacen lo que hagan los demás, con la diferencia de que cuando abultan adquieren valentía y desprecian turno, luces o sentido común. Quítense, carros, que allá vamos.
Huelga decir a quiénes se parecen. Todo el mundo conoce uno...

miércoles, 1 de agosto de 2007

Cinco blogs que me hagan pensar...

¿Qué les parece? Miren la plaquita que me he ganado...

La sensible niña pippërmint —la patzchka de interesantes fotos— que escribe de este lado del mundo, ha tenido la gentileza, no sólo de leer este sitio, sino de calificarlo como un blog que la hace pensar. Le agradezco la reseña que hizo a mi desaguadero de descargas: el a veces único destino de esas cosas que uno mira y hacen levantar la vista buscando un interlocutor tragándote un "¡qué b***s!" Si hago a alguien pensar, o tan sólo reirse un rato (que viene a ser lo mismo en ciertos casos), me considero pagado. Ya el premio es un plus...

Now. Ya que esto se trata de un meme, debo dejar que siga replicándose hasta la locura por el espacio de las bitácoras... Tengo cargadas en Bloglines más de cien, de distintos pelajes, y ciertamente muchas de ellas me hacen pensar. Sin quitarle nada a nadie, todos son ganadores, etcétera, propongo el TBA a:

Desde el incendio, de Rafael Osío Cabrices, que tiene algún tiempillo que no actualiza (y no sé con qué tiempo lo haría: este periodista trabaja como en cien blogs y doscientas revistas), pero que cada vez que lo hace lo bate a uno contra el suelo a punta de acertados análisis y razonamientos.
Diario de la crisis, donde luis, junto a maryeu, despelleja a velocidad diabólica la actualidad venezolana, entre otros temas.
Pulga de libertad, de Luis Alejandro Ordóñez. Hilado fino sobre siempre interesantes tópicos.
The Dilbert Blog. Scott Adams probablemente no necesita este premio o ha oido hablar de él. Pero sus post diarios son de un tono incisivo, o hilarante, o analítico, o todas las anteriores, que realmente hacen pensar. Reaccionar. O disfrutar. It's in english, pero sabrán disfrutarlo.
Libro de notas. Diario de los mejores contenidos de la red en español... ¡Más nada! Califica como blog, creo... es una brutal, adictiva recopilación diaria de contenidos de calidad en español, "lejos del bombo y platillo de los grandes portales comerciales". Un gustazo.

Y listo. Los que se enteren de estos cinco, atención:

Las reglas para participar (es con ustedes cinco):
  1. Si, y sólo si alguien te selecciona, escribe un post donde enlaces a otros cinco blogs que te hagan pensar,
  2. Enlaza al post que originó el meme, para que la gente sepa cómo empezó todo,
  3. Opcionalmente, despliega con orgullo el icono de Thinking Blogger Award, que enlace al post que escribiste al respecto.
Tal vez los dos últimos sitios son distintos, en cuanto a la esfera en la que se mueven, pero son, como dice ilker yoldas en su primigenio post, "blogs with real merits, i.e. relative content, and above all - blogs that really get you thinking!" Así que considero una tarea darlos a conocer a todo el que pueda. Dicho.