miércoles, 17 de enero de 2007

¡Hombre! ¿Y la otra?


Pues nada, que lo primero es lo primero. No están las cosas para que ande uno por ahí siendo tildado de maleducado sexual (qué horror, no dice "gracias" luego de servirse), así que hay que enfrentar el problema. A educarse en esa materia, y en todas las que se pueda.
Y es que al menos reconocer que existe la defeiciencia ya es algo: un primer paso para solucionarla. Y en estas cosas de la formación hay que estar, como los del Vea, ojo pelao: detectar las carencias educativas para ponerles su justo correctivo. Ser, pues, más efeicientes.